Ley de atracción

La ley de atracción es una potente fuerza que atrae hacia nosotros aquello que deseamos o tememos. Todo en lo que concentremos nuestra atracción. Un pensamiento es una fuerza (manifestación de energía) que tiene el poder magnético de atraer cosas iguales. Cuando pensamos transmitimos vibraciones, que son tan reales como las vibraciones de la luz, el calor, el sonido y la electricidad.
Nuestras ondas de pensamiento no solo tienen el poder de influir en nosotros mismos, sino que también tiene el poder de atraer hacia nosotros pensamientos ajenos, cosas, circunstancias, personas y "suerte", de acuerdo al carácter del pensamiento dominante en nuestras mentes.

NO pienses en lo que no quieres, ni divagues acerca de las cosas que han sucedido en el pasado, porque si solamente piensas en todas las cosas malas que te han sucedido, o en las cosas malas que piensas que te van a suceder, entonces solamente conseguirás más de esas cosas malas que no quieres que sucedan.
No es aceptable pensar cosas como "No quiero que esto suceda..." o "Esto NO sucederá" o "Esto está pasando ahora, pero no va a suceder nunca más...". Al decir estas cosas no alejarás las malas circunstancias o impedirás que sucedan. En todo caso, lo que realmente haces es atraer estas circunstancias a tu vida. La ley de la atracción determina lo que piensas, no que no quieres que suceda. El simple hecho de pensarlo hace que la ley de atracción te lo dé.

Si sientes emociones buenas como felicidad, amor, excitación, gratitud, pasión, alegría, esperanza y satisfacción, entonces tus pensamientos serán positivos y te sucederán cosas positivas. Pero si sientes emociones malas como la furia, el miedo, el resentimiento, la depresión, el odio, la venganza y la culpa, entonces tus pensamientos serán negativos y te sucederán también cosas negativas.

Empieza a hablar acerca de lo que quieres con otros e involúcralos en tu sueño, deseo o necesidad. Empieza a hablar como si eso que deseas ya estuviera llegándote, o que ya fuera parte de tu experiencia.